Razones por las que YeoSang no sería novio de Jongho / Beautiful Believe

#comedia, #juvenil, #romance

SINOPSIS:

JongHo está enamorado de YeoSang, el reservado genio de las matemáticas. A pesar de sus repetidas propuestas, YeoSang se niega y crea una lista de razones para no salir con él. Sin embargo, un proyecto escolar los une, y la tensión entre ellos empieza a cambiarlo todo. ¿Podrán enfrentar sus sentimientos?

Razón #1

Kang YeoSang, es del tipo de persona que no busca llamar la atención, más que nada porque le aterra que las miradas de un numeroso grupo de personas estén puestas en él. Sobre todo, en esas ocasiones donde “sin querer” se ve involucrado en un momento incómodo o vergonzoso.

—Dí algo —murmura entre dientes su mejor amigo WooYoung, palpando una sonrisa incómoda mientras guarda con sigilo sus pertenencias.

—¿Aceptas ser mi novio, YeoSang? —reitera expectante JongHo, extendiéndole una caja de chocolates decorada a el chico de melena oscura y mirada perpleja.

Se encontraban merendando tranquilamente en las gradas de la cancha unos sándwiches ¿Cómo es que de un momento a otro el partido de fútbol terminó y el capitán todo transpirado le dijo aquello fuertemente?

¿Es clara su respuesta, no?

—No. No quiero serlo —responde nervioso, agarrando la caja de chocolates extendida antes de retirarse del lugar como alma que lleva el diablo.

Tal vez si fuera sido de otra forma hubiera aceptado…

Razón #2

¿Por qué su casillero terminó así?

Tiene entendido que San Valentín tiene sus cosas, pero a él no le gusta la cursilería que trae consigo ese día. Simplemente esos detalles "bonitos" no son de su agrado y no van con su personalidad. Además, no puede evitar sentirse disgustado por el gesto de Choi.

Ese azabache guapo de ensueño que innegablemente tiene a más de uno babeando por él.

—Está bonito. Dile que sí amargado, no seas malo —Jung, trata de convencer a su amigo "el quejas."

—El día que la rana eche pelo voy a decir que sí ¿Acaso no vez todo el reguero que hay en el pasillo? Estos papeles en forma de corazón me están empezando a estresar.

—Se esforzó Kang. Deja la amargura —le regaña rodando los ojos.

—A tí te podrán gustar este tipo de cosas, pero claramente a mí no —pasa por alto el tono molesto que usó su amigo—. Es un no, JongHo —puntualizó cerrando su casillero, y el chico de melena azabache que está a unos cuantos pasos de él esperando que su esfuerzo dé frutos se mantiene callado tras aquella respuesta—. Pero esto —alza el pequeño detalle de chucherías que le ha obsequiado su pretendiente—, no está para nada mal.

Razón #3

Los que tiene por compañeros no tardaron en murmurar cosas tras los 5 rechazos y contando de su persona a el codiciado estudiante de 5to año por el que muchas babean.

De tanto en tanto y por razones más allá del destino, el capitán del equipo de fútbol terminó como compañero de tarea del ahora "famoso estudiante."

YeoSang, cree que el profesor Choi lo hizo solo para joderle.

—¿Qué buena jugada, no crees? El padre utilizando el poder que posee sobre nosotros para complacer a su hijo —comenta con el ceño fruncido guardando sus pertenencias.

—Solo no seas malo Yeye.

—No soy malo —le vé divertido—. Soy sincero que es otra cosa.

Y es verdad.

A él no le gusta JongHo. Tiene muchas razones para no hacerlo.

En otras palabras, no son compatibles.

Tanto, que YeoSang confirmó gracias a WooYoung y un experimento de química que hicieron juntos que son como el agua y el aceite, heterogéneos.

¿Para qué perder la homogeneidad?

Él es tranquilo, algo callado, y sobre todo, un alma sincera que la hacen pasar por una víbora gracias a su sinceridad.

En cambio Choi, es un joven sociable, popular, inteligente y atlético. Totalmente lo opuesto a YeoSang.

Como diría su mejor amigo Wooyoung, el rompe hogares:

Cargas de diferentes signos se atraen, de signos iguales se repelen.

Cosa que a YeoSang le vale, pues WooYoung y Choi San (el enamorado del primer mencionado), son como dos gotas de agua. Igualitos en muchos sentidos.

Pero qué más da si se encuentra en esa situación.

¿Nada como una salida imprevista, no?

Una salida que le hizo recorrer sin exagerar ocho veces la misma calle porque la descripción dada por el chico FIFA coincidía con todas las casas vecinas de la cuadra. 

Al final para su suerte terminó llegando a la hora acordada, y feliz por su logro, ingresó a la vivienda del anfitrión que lo recibió con amabilidad.

Sin ganas de perder tiempo empezaron con el análisis que el profesor de física, alias el padre de JongHo, les asignó como tarea.

El anfitrión está al tanto de que YeoSang es muy bueno con los números, pero esa tarde confirmó que el joven va más allá, y que "bueno", le queda corto. 

Tal vez...

—Gracias señora Choi —agradeció Kang, recibiendo la taza llena de chocolate caliente.

—Algo para merendar nunca está de más —comenta sonriente, mirando a los jóvenes que se encuentran echados en el suelo.

—Concuerdo con usted —esboza una sonrisa viendo como la madre de JongHo se retira de la sala.

La mejor parte de la tarde sin lugar a dudas fue esa.

YeoSang, no puede negar el hecho de que el muchacho ha sido amable y objetivo en todo momento, algo que hizo el ambiente ameno.

Tal vez no sea del todo malo.

—Supongo que ya está. Lo mejor será dejar lo que hicimos hoy para que lo lleves a la escuela mañana —propone YeoSang guardando sus cosas.

—Está bien —acepta, acomodando por encima uno que otro marca texto y hojas con apuntes.

—Nos vemos mañana, ten una buena noche —se despide con rapidez a punto de cruzar la puerta, pero su andanza fue detenida por un agarre en su brazo derecho— ¿Sucede algo? —consulta confundido.

—Me gustas YeoSang. Sé que me has rechazado un par de veces, pero te pido que me des una oportunidad...

—Yo... Es que no me atraes —responde sincero.

—Una cita, solo una —insiste ilusionado.

—¡Ash! De acuerdo —acepta dudoso después de unos segundos de silencio.

—Este sábado a las 4:00 p.m te iré a buscar a tu casa entonces. Nos vemos mañana Yeo —informa, con una enorme sonrisa emocionada.

«Definitivamente no pararemos en nada y ahora otra razón se suma a mi lista…»

Razón #4

—Ya sabía yo que me iba a andar arrepintiendo después, o sea, mira esto —agita de un lado a otro la pequeña caja decorada—. Se escucha que hay una cursilería dentro y eso a mí no me gus–

—Gusta —termina la frase virando los ojos—. YeoSang, toma las cosas para bien y dispersa tus pensamientos enumera razones. El chico se esfuerza para hacerte feliz y tú solo te quejas y empiezas a enumerar otra razón más para no estar con él.

—Creo que mi rostro no te da a entender mi parecer, ¿no? —ironiza.

—Él solo te dijo: Hola Yeosang, ¿cómo estás?, y ten —recrea el gesto hecho por el chico fifa en el momento en que extendió su obsequio con una gran sonrisa.

—Su felicidad me molesta.

—Y a mí tú poca empatía con la gente que quiere ser cercana a tí —bufa con molestia—. No me llames ni me busques —dicta, cerrando con fuerza su casillero.

—Pues lamentablemente somos compañeros de clase y asiento, por lo que veré tu rostro lo quieras o no ser que se hace llamar mi amigo —mofa, siguiendo con una sonrisita el cuerpecito molesto de WooYoung.

¿Su día a día últimamente?

Así es.

Wooyoung se ha puesto, para no decir que por completo, en su contra.

Eso hasta que le hizo saber que aceptó tener una cita con el muchacho que le regala chocolates (un punto a favor la verdad).

Con tal y no le dé flores todo bien.

No es que tenga algo en contra con aquel regalo dado por la naturaleza, sino que ese tipo de cosas no son su estilo.

Para ser un chico FIFA con complejo de King Kong y cara de oso es muy atento con ese tipo de detalles que enamorarían a cualquiera del curso. Exceptuando a YeoSang, claro está.

WooYoung...  Tal vez ni debió decirle.

El muchacho invadió su casa parte de la mañana y horas de la tarde para escogerle un buen outfit, porque según él, YeoSang, buenos gustos no tiene.

El timbre de la casa no tardó en retumbar por sus oídos y WooYoung, esbozó una sonrisita emocionada haciendo levantar de la cama el cuerpo lleno de flojera de Kang.

Con pesadez este abrió la puerta encontrándose con la figura que esperó que nunca llegara.

En ese momento maldijo mentalmente a Jung por revisarle el teléfono y mandarle correctamente su dirección a el chico FIFA.

—Hola —fue lo que dijo con una sonrisa.

Kang, enseguida desvío su mirada a las manos del muchacho sin decir nada y el peli-negro suspiró desde la lejanía al ver como su amigo encontró otra razón para agregar a la lista.

—¿Y eso qué es? —cuestionó, mirando fijamente la cosa peluda.

—Un osito, ¿no te gusta? —responde, extendiéndole el afelpado.

YeoSang, sonrió falsamente al tener en sus manos el muñeco y la mueca que tuvo como apto seguido dejó mucho a la imaginación.

—Acabas de darme otra razón…

Razón #5

—Sé que te gusta mucho el chocolate, supongo que tú sabor favorito es ese —comentó JongHo, quien está con YeoSang en el mostrador de la heladería "Dulces Delicias" ordenando.

—Te equivocas, mi sabor favorito de helado es menta. El chocolate solo acompaña —aclara cruzado de brazos.

—¿Entonces choco-menta? —cuestiona con duda.

—Sí —da luz verde.

—Un helado de choco-menta y uno de vainilla por favor —ordena amable extendiéndole sus ahorros al chico de la caja llamado HongJoong (según la etiqueta de su camisa) que le vió algo asqueado al escuchar su orden.

Luego de aquello el joven más robusto caminó a la par del todavía cruzado de brazos con una sonrisa.

Rápidamente puso manos a la obra y rodó la silla para que Kang tome asiento. Acción que no le agradó para nada a el contrario.

Sin más, YeoSang, rodó la otra silla y se sentó dejando a JongHo parado como todo un pendejo apenado que no le quedó de otra que sentarse a esperar la orden.

Luego de eso un silencio incómodo inundó el ambiente y la palabra "huir" se repite en la cabeza de cierto "amargado."

Tras aquel silencio como una bendición la orden por fin fue entregada a los jóvenes y YeoSang, esbozó una sonrisa feliz al tener su helado.

JongHo, miró discreto el gesto del muchacho y procedió a darle una probada a el helado de vainilla que pidió, contento.

—Yo... Me alegra que hayas venido —dice con torpeza rompiendo el silencio.

—A decir verdad no me dejaste otra opción, Choi —expone su disgusto.

—Yo solo quiero ser ese alguien especial para tí, ¿comprendes?.. Realmente me siento atraído por tí desde hace un buen tiempo.

—Escucha, JongHo —deja salir un suspiro cansado—. Yo no sé qué es eso de gustar ni mucho menos atraer. Sé aceptar que las personas son atractivas físicamente y tú sin dudas lo eres. Pero yo realmente no... siento que puedas gustarme.

—Pero–

—No quiero a alguien especial en mi vida —interrumpe—. Como dije eres muy guapo y cualquier persona que no sea yo querrá estár contigo en una relación. Sabes, tengo una lista de razones por las que no saldría contigo y muchas de las cosas que crees que me gustan o gustarán me disgustan.

—¿Qué es lo que no te gusta? —interpela, cambiando de semblante a uno más serio que sorprendió internamente al peli-negro.

—¿Enserio quieres saberlo?

—Por supuesto, necesito saber por qué me rechazas, a parte de no sentir "atracción por mí" —afirma.

—No me gusta que me pidas frente a todos que salga contigo, tampoco que me regales peluches y flores porque eso no va conmigo. No somos compatibles —concluye.

—¿Eso es todo?

—Sí —asiente.

—Dime lo que te gusta.

—¿Y por qué tanto interrogatorio?

—Porque quiero conocer más de tí. No es fácil predecir tus gustos y por eso es que opté por aquellos regalos.

—Que no están mal cabe recalcar, solo que esas cosas no van conmigo.

—Entonces dime, YeoSang —insiste.

—Tal vez te lo diga camino a casa, es algo tarde ¿No crees?

—Pero solo hemos estado más o menos una hora juntos —reprocha.

—Camino a casa serán dos. Quiero volver a casa Choi.

—Entonces pasaré a buscarte a las 8:00 a.m mañana temprano ya que no haremos lo que planié hoy, negocia.

Se supone que irían a un parque y hablarían un rato cosas varias de la vida para conocerse.

Sus planes podrán caerse más no sus soluciones.

—Si eso hace que me dejes en paz esta tarde, acepto —accede con una mueca.

«Debiste haberle dicho que no —se regañó mentalmente»

—Vamos —se levanta de golpe—, te voy acompañar.

—Claro que no —niega.

—Vamos —comienza a caminar y Kang, bufó sin más opción que ir a la par del chico FIFA.

JongHo, en todo el camino de regreso trató de mantener una conversación amena con YeoSang, que este último, le complicó como era de suponerse.

Eso hasta que le preguntó si le gusta leer.

En ese momento los ojitos marrones del peli-negro brillaron y la primera conversación fluida entre ellos le abrió las puertas al menos por un momento a Choi.

—Realmente disfruté esta salida a pesar de que no fué como la había planeado.

«Él... ¿Por qué se ve de esa forma con el atardecer de fondo?»

—Supongo que las cosas no siempre salen como uno quiere —agregó, tratando de no ser tan tosco.

—Pero mañana nos volveremos a ver, así que no salí del todo perdiendo. Yo... —habla por lo bajo invadiendo considerablemente el espacio personal de Kang— espero podamos pasarla bien mañana... —finalmente da por concluidas sus palabras sinceras con algo de emoción contenida para darle lugar a un beso casto de su parte que provocó que el peli-negro abra los ojos sorprendido.

YeoSang, no lo apartó ya que le agarró desprevenido su acción y tampoco es como que supiera cómo reaccionar ante aquella "invasión."

JongHo, solo le dedicó nuevamente una sonrisa como las de siempre antes de despedirse e irse dejándole todo tieso en la entrada de su casa.

«¡Maldito seas Choi JongHo!

Mi primer beso... Él... ¡Ah! —masculló cerrando la puerta con fuerza, por lo cual le dieron tremenda regañada»

La madre del joven no entiende por qué su hijo actúa de esa forma.

—¿Qué le habrá pasado? —se cuestiona volviendo a la cocina para terminar de preparar la cena.

«¿Es esa otra razón más para no salir con él? Sus impulsos no me gustan, pero... no sé si sea una buena razón para no salir con él...

¡¿Qué cosas digo?!

¡Por supuesto que es una razón!

¡Él se ha robado uno de mis tesoros mejor cuidados!»

Mañana le pondrá un alto a todo si vuelve hacer algo sin su consentimiento.

No puede volver a suceder algo así…

Razón #6

Dicho y hecho.

JongHo, puntual hizo retumbar el timbre de su casa a la hora acordada y la Señora Kang, quien era la única despierta a esa hora, lo recibió.

YeoSang, no es de tener muchos amigos, para no decir que solo tiene uno, y esa visita inesperada ha hecho emocionar a la madre del peli-negro que considera preocupante la vida social de su retoño.

—Muchas gracias señora —recibió sentado en una de las sillas de la mesa de la cocina la taza de café que vino acompañada con un par de rebanadas de pan.

—Puedes decirme Hyo, eso de señora es para casados y yo no lo estoy muchacho.

—Mamá qu–  Ay no me jodas —dijo con voz ronca cubriendo su rostro.

«¡El vino después de todo! —exclamó mentalmente»

—Esa boca Yeosang —regaña la mujer—. Saluda al menos mal educado.

—Hola —dice JongHo, sacudiendo su mano de un lado a otro.

—Ajá.

—Unnh te estaré esperando —replica esbozando su característica sonrisa.

—Ya vuelvo —asiente antes de retirarse a su habitación para tirarse a la cama y gritar contra su almohada:

«No quiero ir.

No quiero verlo.

Me robó mi primer beso.

Debe morir»

Luego de dejar salir su frustración mañanera, se levantó de la cama para alistarse.

Se supone que debería estár durmiendo ahora.

¡Ni siquiera pudo tomarse el vaso de agua que fue a buscar!

«¿Cómo hacer que una persona deje de gustar de tí? —googleo después de amarrarse los cordones de los zapatos»

Según esa página de dudosa procedencia, disque dejando en claro que no sientes lo mismo o que no te atrae.

Ahí concluyó que para esas cosas el internet no sirve. O sea, ¿no es lo que ha estado haciendo?

¿Acaso su ducha rápida no lo confirma?

El chico es insistente y fastidioso hasta cierto punto. Cierto punto que le toca los huevos.

—¿Listo? —pregunta su madre, pero más que todo es una afirmación.

La mujer quedó encantada con ese muchacho de ojos negros y voz dulce que parece querer ser amigo de su hijo.

¡Es perfecto!

Amable, carismático y sobre todo un amor de persona.

«Esa indiferencia que muestra con él de seguro terminará en sonrisas y bromas así como con WooYoung —se burló mentalmente viendo como su hijo camina pesadamente a la par de JongHo rumbo a la parada de buses— ¿Qué razones no tendrá ya en su lista?»

• ──── ♡ ──── •

—¡Hemos llegado! —avisa el azabache esperando que su invitado pase para cerrar la puerta.

—¡Estamos en el patio! —espeta la señora Choi y YeoSang, hizo relucir una sonrisa en el momento en que sus ojos notaron la familia del chico FIFA.

—Buenos Días —saluda apenado.

—Buenos días YeoSang, ven y desayuna con nosotros —le invitó la mujer y obviamente el nombrado no se negó a tal invitación.

Acto seguido del suyo, JongHo, se sentó a su lado y lo que pensó que sería incómodo lo fué.

¿Y cómo no lo sería?

Con decir que uno de los profesores con el cual no entabla mucha conversación se encuentra presente basta y sobra.

¿Por qué el chico FIFA justo tiene que tener de padre a uno de sus profesores?

—JongHo, nos ha contado mucho de tí —habla la miembro más joven de la familia deshaciendo el silencio de la mesa. Una niña de al menos 8 años, de tez clara y una melena lacia azabache.

YeoSang, es del tipo de persona que normalmente suele llevarse bien con los niños, y la pequeña obviamente no pasó desapercibido por él en el momento en que puso un pie en aquel patio. Tímidamente se dedicó a saludarla una vez se instaló en la mesa y esta le devolvió el saludo agitando de un lado a otro su mano.

Ahora la timidez y vergüenza que sintió Kang desde que llegó a esa casa es sentida por JongHo, quien se sonrojó fuertemente tras escuchar a su hermana.

—Dice que eres un muchacho reservado —agrega la señora Choi logrando que YeoSang sienta caliente sus mejillas.

¿Por qué se siente de esa forma por una tontería?

JongHo, cortó el momento con rapidez palpando una mueca en espera de que sus padres y hermana no le avergüencen con unas cuantas palabras vagas y Yeosang, se mostró neutro porque no sabe qué hacer por la incomodidad.

De un momento a otro después de desayunar los progenitores del anfitrión le hicieron saber al par de jóvenes que están por irse a la piscinada de una amiga de la hermanita de JongHo.

«¿Cómo que piscinada?

¡No pueden irse y dejarnos solos! —espeta mentalmente»

El azabache asintió tras escuchar un: «"nos vemos más tarde"» por parte de su madre y YeoSang entró en un debate mental lleno de pánico.

No es por nada, pero ese chico si se lo propone puede hacer que las cosas se pongan algo obscenas. "No es una exageración de su parte."

Sabiendo como es y por como reaccionó la noche pasada sabe que: entra en pánico y se deja hacer hasta lo impensable, o se hace el muerto.

—¿Qué sucede? Te noto algo, mucho, pensador —indaga con duda el azabache.

—Nada.

—Bueno... Vamos a mi habitación a ver una película —propone llevando una de sus manos a la parte tracera de su cuello.

«¡Lo sabía! —chilla internamente entrando oficialmente en pánico»

—Eeeeh, no lo sé —le da vueltas a la propuesta.

—Podemos vernos Los Juegos del Hambre...

La verdad es que no sabe ni qué carajos hacer. Pero ya está, tiene a Kang YeoSang ese día junto a él y eso es lo que importa.

—Acepto si me prometes algo —condiciona, y JongHo, asiente—. No invadas mi espacio personal.

—Está bien.

—Lo digo enserio —achica sus ojos tratando de expresar "seriedad", pero Choi le agarra un cachete haciéndole saber que su expresión seria fue de todo menos eso.

—Y yo también —rueda los ojos.

YeoSang, siguió a el chico FIFA a su habitación la cual es tal y como esperó. Llena de pósters de futbolistas de los cuales nombre no conoce pero de seguro famosos son, el televisor sobre un mueble de madera, y por supuesto, revistas para nada santas que el muchacho fallidamente trató de esconder de él. 

Kang solo se limitó a hacerse "el loco" y se sentó en la cama para ver disimuladamente con detenimiento su alrededor.

JongHo, siente que su visita está juzgando su espacio sagrado, y vamos, hasta vergüenza siente al ver como YeoSang arruga el entrecejo mientras inspecciona su hábitat.

—Voy a hacer como que no escondiste tu porno de la era dos mil y comeré de las palomitas que trajiste con tal y me certifiques algo.

—¿Y eso es? —cuestiona con las mejillas rojas de la vergüenza.

—Que no invadas mi espacio personal —reitera.

—Ya dije que lo respetaré... 

Hasta ahí quedó el tema.  

La famosa saga de películas después de todo les terminó consumiendo toda la mañana y parte de la tarde.

Era la primera vez que Kang veía aquella saga, la cual consideró entretenida, pero de tanto tener la mirada fija en la pantalla del televisor le empezó a doler la cabeza.

Eso sin duda se lo hizo saber a JongHo.

Ambos salieron de la habitación después de que Choi se ofreciera a darle algo para calmar su dolor, y tan pronto llegó a la cocina, lugar donde JongHo dijo que le esperara se echó en una de las sillas del comedor con ganas de llorar.

Tenía tiempo que no le daba un dolor fuerte y siempre ha sido un chillón cuando algo le duele. Es por eso que las lágrimas que se veía venir no tardaron en salir y mojar sus mejillas manifestando su intolerancia al dolor.

JongHo, cuando le vió entró en pánico.

¿Y cómo no lo haría?

¡SU FUTURO ESPOSO ESTÁ LLORANDO!

—Toma —le entrega una pastilla que sabrá Dios si es un comprimido hecho para la necesidad del momento y un vaso de agua—. Si quieres podemos volver a mi habitación para que te recuestes un rato y te recuperes...

El peli-negro asiente ligeramente retomando una vez más su caminar a la par de Choi rumbo a la habitación del susodicho. Se acostó, e inhaló y exhaló un par de veces para calmar sus pensamientos vagos. 

La píldora le está empezando a hacer efecto.

—Esto es tan penoso... —murmura avergonzado.

Es humillante para él que alguien le vea así.

—Es normal tener dolores y sentirnos abrumados por estos. A veces la única forma en la que podemos manifestar nuestro agobio es llorando un poco, no te preocupes.

—Sabes JongHo, no eres tan fastidioso ahora...

—Lamento haber sido un intenso —acepta su mal actuar—. Sé que... A las personas no se les puede obligar que gusten de tí solo porque uno lo está de la persona. Sin embargo, estoy feliz de lograr que pases un día conmigo.

—No hicimos más que ver una pantalla, pero admito que me gustó este día... —detiene sus palabras al ver como el FIFA se recuesta a su lado, quedando así, frente a frente.

«Él es realmente muy guapo... —piensa vagamente»

—¿No te gusta nada de mí? —pregunta sin mucha esperanza.

—Unnh, pues... eres muy amable y supongo que eso es bueno —se encoge de hombros viendo como el contrario se acerca un poco más a él— ¿Qué te gustó de mí? —inquiere, con algo de curiosidad tratando de no entrar en pánico.

¡Su espacio personal!

—Pues... Se podría decir que me enamoré de tu reflejo ya que no conozco mucho de tí. Eres una persona pasivo agresiva.

—¿Te gusta mi físico?

—¿Por qué pones esa cara? —ríe.

—La verdad no me considero alguien tan guapo. Guapo sí, porque uno tiene autoestima, pero no tan guapo...

—Sabes que lo eres no te vengas a hacer el humilde conmigo —ambos carcajean como unos tontos y YeoSang, sintió una calidez inexplicable en el pecho.

¿Qué es esa sensación?

—Creo que ya va siendo hora de que vuelva a casa... —habla pasado unos minutos de silencio.

¿Qué hicieron en esos minutos?

Mirarse, pero más que mirar, admirar.

«¿Y si salgo con él por un tiempo para ver cómo nos va?

Espera.

¿Qué hago yo considerando eso?

¿Dónde queda mi lista de razones?

No por nada la puse bonita y todo»

—Sí, ya es tiempo... —ninguno se mueve de la cama.

«Será que...»

—Sé que prometí no invadir tu espacio personal, pero... —acaricia lentamente la mejilla del chico que tiene enfrente — realmente me gustaría probar una vez más el sabor de tus labios...

—Yo... —muerde su labio inferior y JongHo, siente como cuelga de un hilo su cordura por esa acción del peli-negro. Como acto seguido, Kang enredó su brazo izquierdo en el cuello del azabache consumido por el nerviosismo y pánico.

Sabía que terminaría de alguna forma en esa situación.

JongHo, por otro lado, no tardó en ponerse en acción al tener de esa forma a YeoSang, mezclando sus respiraciones por lo cerca que se encuentran sus rostros. Alzó con su dedo índice un poco más el rostro teñido de carmesí de su compañero para estár más cómodos, y unió sus labios con aquellos que se ha muerto por sentir hasta en los sueños.

Se mantuvieron un buen rato intercambiando piquitos ya que YeoSang, no sabe besar, y este se encuentra apenado por la torpe forma en la que lo hace. 

Jamás pensó que esa experiencia llegaría tan pronto a su vida y por alguna razón lo estaba evitando.

¿Sus razones?

Sus razones fueron olvidadas por un momento y esa tarde probó por primera vez una inminente adicción de la cual no escapó ni escaparía por el momento…

Razón #7

—Te noto raro, ¿pasó algo este fin de semana? —indaga alzando una ceja mientras termina de sacar de su bolso los lapiceros y el desayuno improvisado que se preparó esa mañana.

—¿Qué me podría pasar a mí? —hace menos la pregunta.

—Estás raro Kang YeoSang, dime ¿Tu mamá te volvió a caer a piñazos por grosero? ¿O pasó algo entre tú y JongHo que no me quieres contar? —le mira por el rabito del ojo con una sonrisa.

—Muere.

—Puto. Le voy a preguntar a JongHo para ver qué me dice, vas a ver —amenaza, y Kang inevitablemente se sonroja al acordarse de lo que hizo.

—Ya sabía yo —se cubre la boca con las dos manos—. ¡Cogiste!  —chilla, y uno que otro de sus compañeros volteó a su mesa.

Obviamente YeoSang, no se quedaría con la vergüenza porque sí. Le dió con la cartuchera en la cabeza al peli-negro que se hace llamar su amigo para disminuir un poco su enojo.

—Soy sapiosexual, ¿qué me estás diciendo puta de cuarta? —susurra, viendo como Jung se soba la cabeza.

—¿Vamos para esas, no? Sabes que mi lenguaje Bich está más avanzado que el tuyo. No por nada soy una puta fina que ya tiene hijos.

—Con hijos te refieres a tus perros, ¿no? —mofa— Además, yo no he hecho cosas impuras, soy una persona que se morirá casto, ¿escuchaste, no? C-A-S-T-O.

—Dímelo viéndome a los ojos —le agarra la mandíbula y hace que lo mire.

—C-A-S-T-O —escupe.

—Te creo.

—Ajá.

—Dame un abrazo.

—No.

—Te compré unos chocolates —interviene una voz familiar en medio de la "pelea" haciendo caer de la silla a YeoSang.

A decir verdad, después de unos cuantos toqueteos la tarde de ayer, no pudo verle la cara a JongHo una vez se separó de él. Ahora viene y le trae una de las cosas que más ama y adora en el mundo para su "suerte."

«Sabe mucho ya —lo da por un hecho»

—Yo puedo solo, no te preocupes —se incorpora a su asiento y toma de una vez por todas el detalle que le han dejado en la mesa.

—Hola —saluda al compañero de mesa de su peli-negro y este agita ligeramente su mano de un lado a otro devolviendo el saludo— ¿Será que podemos vernos más tarde?

—No creo que eso se pueda. Estoy ocupado toda la semana —responde con la verdad.

—Entonces... ¿Qué tal el sábado?

—Tampoco puedo. Quizás el... —repasa su lista de deberes— quizás el viernes por la tarde.

—Perfecto. Te estaré escribiendo para hablar de los detalles.

—No prometo salir ese día, así que no te hagas ilusiones. Solo es una posibilidad.

—Ya veremos —le guiña un ojo antes de irse a dar una vuelta. Al parecer la profesora de matemáticas no vendrá esa hora.

—Mis rezos han sido escuchados —cubre una vez más su boca con una de sus manos y Kang viró los ojos, cansado.

—Lo he dicho un montón de veces ya y no está demás repetirlo para que se te meta en la cabeza. No quiero una relación, mucho menos con JongHo. Él no está tan mal, pero estár con alguien no es algo que aspire ahora... —WooYoung, suspira al escuchar las palabras de su amigo.

La verdad es que él más que nadie lo sabe.

Pero...

—¿Me vas a regañar? —parpadea inocentemente haciendo un puchero feo.

—Ya ni al caso Jung. Come conmigo y cállate —le mete a la boca un par de chocolates.

Se encuentra algo confundido a pesar de tener en claro sus metas desde lo sucedido.

«Solo fue un desliz —se repite internamente—. Tienes una lista de razones YeoSang, no lo olvides. Él es la razón principal...»

Razón #8

¿El viernes?

El viernes Kang YeoSang, entró en un debate mental de al menos dos horas por su respuesta:

—Sí. Vete.

Dos palabras.

Solo fueron dos palabras las que dió como respuesta. Pero es que el chico FIFA a pesar de que el muchacho de hebras oscuras le ignoró lo que quedaba de semana no desistió y le preguntó si iría con él a quién sabe dónde. Y es que vamos, ¿cómo no se iba a poner medio intenso? ¡Se comieron la boca la tarde del domingo!, y JongHo, solo quiere ser más "cercano" a poker face Kang.

—¡Ya los veo caminando al altar! —aplaudió una vez más WooYoung viendo a su amigo tirado en la cama con ganas de morirse.

—Me acabas de confirmar que sueñas mucho conmigo en el tiempo futuro... Déjame en paz, ya no te voy a contar nada.

—Si eres llorón, pero bueno. Tengo que irme. No me extrañes mucho —le manda un beso volador.

—Fuera —vé como su amigo desaparece de su vista.

Debe de estár por llegar  el azabache y ganas de salir es lo que menos tiene ese día.

Su madre le dijo hace unos días que le diera una oportunidad al muchacho del domingo (JongHo). Que nada le cuesta ser su amigo y que se deje la amargura con la gente.

Si supiera que ese "muchacho del domingo" lo que quiere es llevárselo para lo oscurito y hacer "cosas de pareja."

Es que...  ¿Cómo le hace para que deje de molestarlo?

Las opciones se le han ido agotando y al parecer el ser un odioso no le está ayudando.

De tanto pensar es de esperarse que sus pensamientos se estén volviendo algo locos.

¿Cómo que darle una oportunidad?

Eso últimamente se ha repetido mucho en su cabeza.

«Ni en sueños.

Solo fueron unos cuantos besos...

¡AH! TE ODIO IDIOTA —exclama moviéndose con fuerza de un lado a otro en la cama»

El sonido del timbre de la casa retumbó por sus oídos y caminó con pesadez hacia la puerta para irse a sufrir un rato.

Su madre está de turno todo el día en la clínica y ni enterada de para donde va. Tampoco lo haría a decir verdad, pues volvería antes de que termine el turno de esta. 

Caminaron a la parada de buses para abordar uno y casi que enseguida se encontraron rumbo a quién sabe dónde.

—Hay un lugar al que tengo ganas de visitar desde hace un buen tiempo —empezó a hablar el chico FIFA—. Me enteré que están de promoción y sé que a tí te gusta leer... —ahí Kang se dignó a mirarle.

—¿Libros, no?

—Así es —asintió.

¿Cómo le hace para no gritar fuertemente?

Menos mal trajo algo de dinero.

—La otra vez me comentaste que te gusta mucho el género romance y me es algo inquietante...

—¿Por qué?

—Porque eso me da a entender que tienes las expectativas algo altas.

—Te voy a ser sincero. La verdad es que sí —juega con sus manos, incómodo.

—También me inquieta el hecho de que no te gusten las flores y esas cosas.

—Eso es para cursis —ríe por lo bajo—. Me gusta el romance, pero el romance oscuro bien intenso —termina por carcajearse.

—Ah.

—También leo de ese, pero a veces...

—Supongo que podemos ser los protagonistas de una buena historia —YeoSang le mira con detenimiento—. Una donde tú y yo vivimos nuestra juventud en un mundo donde lo imposible es posible... Un mundo donde seré el único que te mire como lo más hermoso que existe... —recitó viéndole a los ojos.

Por inercia, Kang cobarde YeoSang, gira su cabeza a otro lado y trata de disimular su sonrojo.

—Estás rojito —ríe para sí complacido.

—Es que tengo gripa, no creas que es por lo que has dicho —se excusa cruzado de brazos manteniendo su postura.

Admite que el chico FIFA a pesar de ser un FIFA se expresa muy bien.

—Sé que seré aquel que bese tus labios de ahora en adelante, YeoSang... —reveló— Porque a pesar de tus razones, cuando compartimos ese momento, no hay nada que pueda detenerte…

Razón #9

YeoSang, compró dizque escondido de JongHo, los tomos de Heartstopper.

Gustos culposos de los que se avergüenza un poquito, tiene que admitirlo. Pero sabe que al rato se le pasa "la vergüenza" y anda como si nada.

Luego de que su pretendiente le recitara aquellas palabras cargadas de galanería y labia, porque sí, eso es labia para él y aunque quiera negarlo realmente le movió las hormonas.

—¿Eres vírgen todavía, YeoSang? —le preguntó su madre, quién por obra del diablo, salió de la cocina con una chancla en manos que posteriormente lanzó y atinó en la cara del joven que tiene por hijo.

—¡AY! —se quejó sobándose la frente— ¡He dicho que me voy a morir casto!

—A mí no me hables de esa forma, Kang YeoSang. La próxima no será una chancla que te caerá en la cara —amenaza.

—Salí con el chico que vino el domingo, no es lo que crees...

—¡¿Enserio?! —espeta con emoción.

—Sí —empieza a caminar rumbo a su habitación.

—¿Ya comiste afuera? Podemos ordenar algo.

—Estoy bien así, buenas noches mamá —se retira de la sala para irse como una bala a encerrarse en su cuarto.

¿Por qué le dió una oportunidad?

Ni él mismo lo tiene claro.

Solo dijo: "Está bien, vamos a intentarlo" —entre respiraciones agitadas por el inminente beso que, para qué mentir, esperaba.

No quiere enamorarse y tampoco puede seguir rechazando feamente al chico FIFA.

«Es que...

AAAHH. Es tan atento —se sacude berrinchudo— ¿Cómo le hago para dejar de sentirme así?»

Sus mejillas se calientan cada que le dice algo bonito. Cuando hacen otra cosa también, pero ni al caso ¡Lo que quiere es dejar de sentir calidez y comodidad con él!

Tal vez si acepta salir un poco más con él, "ahora que son algo a medias", la monotonía haga lo suyo y él termine por alejarse.

¡Eso es!

Solo queda poner de su parte para no corresponder los besos y ya. Porque realmente no sabe por qué cae como un tonto cuando unen sus labios...

Le robó su primer beso y convirtió ese suceso en una razón para no salir con él. Ahora lo hacen más seguido y sin dudas catalogó esa razón como peligrosa.

«Razones por las que no saldría con JongHo... Son muchas. Pero...»

Razón #10

La monotonía no llegó y al parecer no tiene planeado ayudarle.

Pasaron los meses y todo fluyó realmente bien entre ellos para la desgracia de cierto peli-negro que anda con el entrecejo arrugado.

La amargura de YeoSang siempre estuvo, como era de esperarse, pero esta es más que nada un filtro porque se siente extraño.

Todavía no lo comprende.

¿Por qué él?

«"Solo estás aferrado a la idea de que no te gusta, solo acéptalo" —le dijo su amigo como una "broma" hace unos cuantos días»

¿Le gusta Jongho?

La verdad es que... Podría decirse que... No lo tiene "claro."

Pasar tiempo juntos fue algo indudablemente favorecedor para el azabache y este lo sabe. 

Sabe muy bien lo que siente por ese niño callado de su salón.

YeoSang, es su persona especial.

No importa cuan amargado parezca en ciertos momentos, sabe que esa "amargura" se le irá cuando no estén rodeados de un numeroso grupo de personas. 

Salieron un par de veces, para no decir que muchas, y en esos dos meses de salidas sucedieron cosas. Entre ellas, está el haberse conocido mejor.

JongHo, le permitió explorar sus defectos y fortalezas y eso es algo que YeoSang apreció mucho. Pero también le hizo sentir algo de presión tras ser tocado por la sinceridad de Choi, pues él está dando todo de sí para poder gustarle.

Se repitió un montón de veces que no es su culpa el no corresponder, pero ese debate mental se terminaba extendiendo porque no tiene claro sus sentimientos.

Siente un cosquilleo en su estómago cada que se "besan" y le gusta mucho aunque no quiera admitirlo.

No quiere admitir que le gusta mucho la forma de ser de Choi. Que le gusta mucho que lo trate bonito y su atención, lo fuerte que es, y sobre todo, lo que le hace sentir con tan solo posar su mirada en sus ojos.

JongHo, le dijo en una ocasión que él podrá ser aquel que sostenga su mano cuando tenga miedo y también aquel, que si lo desea, besar cuando le plazca.

Esas palabras venían a su cabeza e inevitablemente estas le hacían sentirse pequeño cada que las recordaba.

También le comentó que aspira ser un gran abogado y eso le sorprendió mucho. 

Aunque claro, ¿esa forma de ser tan correcta dice mucho, no? 

Pero más que todo le tomó por sorpresa por el simple hecho de que es un FIFA.

¿Juzgó? 

Bastante.

¿Se llevó sorpresas?

Varias. Entre ellas la mencionada.

Pero más que impresiones mantuvo considerablemente contacto físico con JongHo. Algo que decidió no darle muchas vueltas, porque aunque no quiera admitirlo, como siempre, le gusta.

Le gusta sentir como aprietan sus labios y como juegan sus lenguas tímidamente.

Y es que... Ha caído.

Ha caído por él.

Y su mirada dijo mucho esa tarde después de que finalmente le permitió a JongHo saber más de él.

Como acordaron ese día en la mañana se encontraron en la casa de Choi para hacer una tarea de física nuevamente, ya que desde aquella ocasión hacer tareas de física se volvió una rutina para ellos, y ahí se encontraban.

Habían terminado desde hace rato con su deber escolar y todo se hallaba ordenado. 

YeoSang, cansado de tanto hacer laburar su cerebro se echó en la cama del chico FIFA y este último no tardó en repetir los movimientos de Kang.

No decían nada, pero miraban con detenimiento sus rostros en silencio.

JongHo, puede sentirlo y su corazón late con fuerza.

—¿En serio, seré uno de los personajes principales de tu libro? —cuestionó sin poder creerlo rompiendo como siempre el silencio, pues le ilusiona ser parte de un proyecto de YeoSang. Pudo leer uno que otro borrador escrito por él y los consideró "muy buenos"— Tienes mucho talento...

—Pues sí —trata de no reaccionar como un puberto emocionado por el cumplido.

—¿Y cómo se titulará? —Kang, sonríe de medio lado con burla. Pero su corazón latió con fuerza de golpe en el momento en que JongHo, decidió deshacer las distancias para robarle un beso que terminó como todos, alargándose—. Oh, YeoSang... No sabes como me has hecho perder la cabeza por tí... —masculla, buscando el aire que poco a poco se le fué yendo mientras unía su boca con la de su enamorado.

—JongHo —musita intentando estabilizar su respiración aferrado al cuello del azabache.

—¿Qué sucede? —risotea con dificultad.

—Tu... Yo... —murmura agitado.

—Nos acabamos de comer —replica con una sonrisa, y como acto seguido, de un movimiento con su brazo izquierdo hizo que Kang tomate YeoSang se apegue a él.

—¿Y te gustó? —indaga apenado— ¿Ahora beso mejor?

—Siempre has besado exquisito, cariño...

—Eres el indicado —afirma con una sonrisa, tratando de esconder su rostro en el pecho de su chico—, y lamento haber sido tan estúpido contigo.

—¿El indicado? —repite con emoción.

«Por fin»

—Sí. Eres... Eres mi persona especial, JongHo. Hoy después de darle tantas vueltas al asunto decidí dejar de ser terco y aceptar mis sentimientos por tí. Estoy enamorado de tí, Choi JongHo... —confiesa.

—¿Es enserio? —dice sin poder creerlo.

—¿Quieres que te lo deletree o qué? —le muerde la clavícula.

—¡Ya! ¡Te creo! ¡Te creo! —chilla, y Yeosang ríe.

—Ahora que me he confesado puedo responder con gusto a todas las propuestas que me has hecho: "Acepto" —bromea.

—Hagámoslo bien, ¿si? —alza con su dedo índice el rostro del acurrucado para que le mire a los ojos— ¿Aceptas ser mi novio, YeoSang?

—Acepto, solo si me quieres con todo y marquita —condiciona, sonriendo como un tonto enamorado.

—Con todo y marquita me gustas. Eres perfecto cariño.

—Entonces puedo decir sin arrepentimiento mi estimado: Acepto...

—No escuché. Dilo un poco más fuerte —se queja innecesariamente.

El peli-negro lo dijo en un tono de voz adecuado, pero quiere escucharlo una vez más.

—Si lo vuelvo a decir será gritado y créeme que no me quieres escuchar gritando —hace una mueca fingida de desagrado—. Realmente haré ese libro.

—¿Si? —imita la mueca de desagrado de su novio.

—Sí. Y "Razones por las que YeoSang no sería novio de JongHo" será el título del libro donde tú y yo seremos protagonistas porque me has hecho perder mi juego y quiero tener el registro de esta bonita derrota…


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Comentarios

user

Anonimo:

Demasiado lindoooo amé a loa dos😭💗

Hace 2 días

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